Como hemos visto en posts anteriores, los mitos y malentendidos que se originan en torno al BIM, pueden entorpecer el progreso. Uno de los mayores mitos que rodea a la colaboración BIM es que es una tarea imposible, una utopía inalcanzable donde arquitectos, arquitectos técnicos, ingenieros y constructores no pueden colaborar de manera efectiva. Sin embargo, la realidad cuenta una historia completamente diferente. BIM no es una fantasía inalcanzable; es una herramienta tangible que ha transformado la industria de la construcción de maneras inimaginables.
Uno de los mitos más comunes sobre la colaboración BIM es que es una pérdida de tiempo y recursos. Algunos argumentan que la transición hacia un enfoque colaborativo requiere demasiado tiempo para capacitación y aprendizaje, y que los beneficios no justifican la inversión. Sin embargo, la verdad es que la colaboración BIM ahorra tiempo y dinero a largo plazo. Al reunir a todas las partes interesadas desde el principio, se pueden identificar problemas potenciales antes de que se conviertan en costosos errores en el sitio de construcción. La detección temprana de problemas y la toma de decisiones informadas conducen a una reducción significativa de retrabajos y ahorros de costos substanciales.
Otro mito común es que la colaboración BIM es exclusiva para proyectos masivos y complejos. En realidad, BIM es igualmente efectivo para proyectos de menor escala. Desde una renovación en un edificio histórico hasta la construcción de una vivienda unifamiliar, la colaboración BIM proporciona una plataforma donde los profesionales pueden colaborar sin problemas, independientemente del tamaño del proyecto. La eficiencia y la precisión que aporta son igualmente valiosas, independientemente de la complejidad del trabajo.
La idea de que BIM solo beneficia a una parte interesada también es un mito que necesita ser desmitificado. La colaboración BIM beneficia a todas las partes involucradas. Los arquitectos pueden ver cómo sus diseños se traducen técnicamente, los ingenieros pueden comprender mejor las intenciones creativas y los constructores pueden ejecutar proyectos con una claridad y precisión excepcionales. Todos estos aspectos se suman a un proyecto construido con mayor eficiencia y menos problemas.
Además, BIM también tiene el poder de fomentar una comunidad más amplia dentro de la industria. La colaboración se convierte en un puente para compartir conocimientos y mejores prácticas. Los profesionales pueden aprender unos de otros, desarrollar nuevas habilidades y establecer conexiones significativas. Esto no solo eleva la calidad de los proyectos individuales, sino que también contribuye a la mejora continua de la industria en su conjunto.
En ATRECE, seguimos comprometidos con desmitificar por completo la colaboración BIM. Creemos firmemente en su capacidad para transformar proyectos y empoderar a los profesionales. Al adoptar BIM, no solo mejoramos la forma en que trabajamos, sino que también elevamos el estándar de la colaboración en toda la industria.
Los mitos pueden persistir, pero la realidad es que la colaboración BIM es un camino claro hacia un futuro más eficiente, preciso y colaborativo en la construcción.
Estamos aquí para romper barreras y mostrar a la industria que la colaboración BIM es, de hecho, una realidad alcanzable, una que trae consigo una serie de beneficios reales y duraderos para todos los involucrados.